Mención Honrosa

Los sabores extranjeros que innovan en la gastronomía local

Por Andreína Céspedes
7 de febrero, 2021

La llegada de inmigrantes a la provincia de Osorno ha traído consigo propuestas gastronómicas poco conocidas entre el público. La mayoría de los foráneos vino buscando nuevas oportunidades, lo cual sirvió como motivación para la creación de emprendimientos que vienen a ampliar las opciones de comidas y cafés ya existentes.


La oferta gastronómica en Osorno se ha vuelto cada vez más variada con la llegada de extranjeros de diferentes países que, a través de sus emprendimientos, buscan dar a conocer nuevos sabores al público local.
Hasta agosto del año pasado, el Departamento de Extranjería y Migración contabilizó que entre 2016 y ese mes de 2019, 4.628 inmigrantes habían solicitado diferentes tipos de visas para radicarse en la provincia.
Este interés creciente de quedarse en la zona se ha visto reflejado además en la motivación de crear iniciativas que resulten atractivas para todo el público, siempre con el propósito de salir adelante pese a las dificultades adicionales que implica estar a miles de kilómetros de su tierra.
Si bien con sus emprendimientos, colombianos, venezolanos, peruanos, entre otros, han creado un abanico de opciones gastronómicas, también buscan sellar su aporte al país que los recibió.

Diego Fernando Castaño
HERENCIA CAFETERA

Uno de ellos es Diego Fernando Castaño, de 35 años, quien llegó desde el departamento de Quindío (Colombia) a Osorno hace nueve años motivado por razones personales y en busca de mejores oportunidades laborales.
El tecnólogo agropecuario, egresado del Servicio Nacional de Aprendizaje de su país de origen, concentró sus esfuerzos en trabajar arduamente y así llegó a cargos en Conaf, en la Fundación Servicio País, participando en iniciativas con la Municipalidad de San Juan de la Costa y en programas del Fosis. Recientemente culminó sus estudios de asistente social en la Universidad Santo Tomás, los cuales le han permitido apoyar su actual empleo en la Municipalidad de Puerto Octay, donde se dedica a orientar a adultos mayores y a personas vulnerables.
Esta faceta decidió combinarla con su amor por el café. Hace dos años, como parte de un encuentro de migrantes, compró una cafetera y comenzó a vender este producto. «Ahí empezó esa idea de hacerlo en mis tiempos libres, en temporada de verano. De vender un buen café, porque no había gran oferta de café de grano acá. Y yo tengo conocimientos porque soy de una zona cafetera y decidí, después de tantos años, ver qué podía salir de eso», relató.
De esta forma, reunió dinero para adquirir su furgón combi, instalar su negocio llamado «El Cafetal» y vender jugos, frappés y cafés calientes, con precios que van entre los 1.000 y 2.000 pesos. «Tengo unos contactos que traen de Colombia café tostado, lo que hago es comprar en diferentes presentaciones, con tostado muy fresco. También cuento con mi molino por si las personas quieren llevar café molido para diferentes tipos de extracciones», expresó.
Desde sus inicios, ha participado en actividades en Lago Ranco, en el Festival de la Leche y Carne y el Festival Campesino. Entre sus metas está continuar siendo parte de estas actividades con su combi, destacarse en su trabajo actual y planificar eventos corporativos. «El que quiera dedicarse a esto tiene que ser constante, novedoso. Hay que seguir, este es un país de oportunidades», manifestó el dueño de este emprendimiento, cuyo medio de contacto es cafetal.kombiosorno@gmail.com.

Silvia Florian
SELLO PERUANO

En la concurrida calle Lynch, una familia chilena-peruana consiguió un lugar para empezar su camino en la gastronomía. Silvia Florian emprendió un viaje hace 16 años desde su natal Trujillo (Perú) hacia Santiago. «Tenía una amiga, peruana también, que estaba acá con su esposo y yo le pregunté si podía recibirme. Entonces decidí venir en busca de oportunidades laborales», explicó.
En la capital permaneció 12 años, tiempo en el que se casó, tuvo un hijo, y posteriormente decidió mudarse a Osorno en 2015. «Vendí productos de belleza, revistas. Después estuve averiguando poco a poco cómo se hacía para abrir el inicio de actividades y comenzar con el negocio», explicó.
En sus objetivos siempre estuvo dedicarse a tiempo completo a la preparación de la gastronomía de su país, ampliamente reconocida a escala internacional. Por ello, en 2018 abrió «lnka del Sur» (Lynch 1536), un local donde se ofrecen los platos más reconocidos de Perú, como el lomo saltado, el ají de gallina, el ceviche peruano y en el que los comensales pueden sentir que se trasladan a un típico hogar peruano.
«No es fácil emprender, pero con ganas se logra. Teniendo fe, porque yo soy cristiana, me da la fortaleza para seguir adelante. Este negocio me salió de un momento a otro; lo tenía pensado pero llegó el día y tuve que tomarlo», precisó.
Su esposo, José Hernández, se dedica a la venta de artículos deportivos, no obstante también la ayuda a administrar el local. Con el crecimiento que ha tenido el «Inka del Sur» en estos casi dos años, aspiran a contratar nuevo personal que pueda apoyar en las labores diarias.
«A la gente le gusta la comida peruana. Tiene un estampa a nivel mundial porque es exquisita. Acá empecé de cero, he hecho mis clientes, los vecinos siempre me compran. A veces vienen para acá o si no yo les llevo la comida. Mi propósito es hacer delivery más adelante porque he tenido muy buena recepción», afirmó sobre la experiencia en este tiempo a cargo del restaurante.
Uno de los grandes atractivos que ofrece Silvia, a través del “Inka del Sur”, es la oportunidad de que los clientes puedan disfrutar de los platos peruanos por costos accesibles, ya que oscilan entre los $4.000 y 6.000 pesos. Además, se encuentran bebidas populares como la Inca Kola y la Chicha Morada.
Cuando hace una valoración de esta etapa a cargo de su emprendimiento, cree que ha sido mucho el aprendizaje obtenido. Por ello, quiere continuar este camino y que su local tenga aún más éxito. «Ha sido de menos a más todavía nos falta seguir creciendo, afinar detalles y más organización en cuanto al negocio, Yo sé que esto es paso paso y me veo con algo más grande», afirmó Florian.
Por lo pronto, además de este proyecto, tiene planeado continuar su participación en eventos. En este contexto, será parte de un encuentro cultural de migrantes, que se llevará a cabo el próximo 15 de febrero en el Fuerte Reina Luisa.

ENFOQUE EN CHILENOS

Desde Venezuela también llegaron nuevas propuestas gastronómicas. En la comuna de Osorno, «Venezuela Gourmet», inaugurado en diciembre de 2018 en Zenteno con Barros Arana, se ha convertido en un punto de encuentro para esta comunidad, así como para chilenos que acuden a conocer nuevas comidas.
El médico cirujano, Francisco Díaz, arribó a Chile en enero de 2017 sin tener un plan definido sobre qué hacer en el país. «Yo llegué a Santiago. Allí empecé a trabajar en un restaurante como copero, después como garzón y como a los cinco meses conseguí mi primer trabajo como médico en la comuna de Ancud (Chiloé)», contó.
Tras esa oportunidad, ocho meses después obtuvo un nuevo cargo en atención primaria en los Cesfam de Quinto Centenario y Francke. Allí surgió la idea de abrir su propio local. «Me he dedicado a trabajar día y noche para acumular dinero, con la diferencia de que no lo utilicé para darme grandes lujos. Decidí invertirlo para ayudar a mi familia, a los que llegaran para que pudieran trabajar, y que la gente de acá probara nuestra gastronomía», manifestó.
El restaurante, incluso, ofreció en una ocasión almuerzo gratuitos a venezolanos que estuvieran recién llegados o no contaran con trabajo. «Yo no he tenido problemas en Chile con respecto a xenofobia, discriminación ni nada; todo lo contrario, han sido muy receptivos con nosotros. A los chilenos que han venido les encanta nuestra comida. Más que todo va enfocado a que ellos conozcan», dijo Díaz.
Actualmente tiene un equipo de cuatro personas, entre ellos dos cocineros que realizan preparaciones como cachapas (tortilla de choclo con un queso típico venezolano), el pabellón (arroz, carne mechada, porotos negros y plátano caribeño frito), tequeños, arepas y empanadas.
Díaz considera que emprender ha sido complicado, debido a que situaciones como el corte de agua, el estallido social y su nuevo trabajo en el servicio de Urgencias en Dalcahue, representan un reto a la hora de organizarse. Explicó que «reinauguramos hace dos semanas y la gente está viniendo nuevamente. Esperamos no volver a decaer. Pasó que tuvimos que cerrar, le dejamos el restaurante a otra persona, de pronto siguieron y no funcionó».
El restaurante trabaja entre 12.30 hasta las 16 horas; y de 18 a 22 horas, de lunes a sábado. Pese a la distancia, su dueño procura participar activamente en la atención cada vez que regresa a Osorno.
«Es una experiencia complicada pero buena, porque uno aprende a resolver; jamás había tenido un restaurante. Los fines de semana nos reunimos, traemos músicos y nos ponemos a cantar. Ha sido de altas y bajas, pero el que persevera, vence», concluyó.

Andreína Céspedes
Periodista venezolana, egresada de la Universidad Bicentenaria de Aragua en 2014, con diplomado en Migrantes y Protección de Refugiados en la Universidad de Buenos Aires. Ha desempeñado cargos en versiones impresas y web de los diarios Últimas Noticias y El Nacional (Venezuela), en este último además ocupó el cargo de coordinadora multimedia. Actualmente forma parte del equipo de SoyChile.cl y El Austral de Osorno.